UNA NAVIDAD ANTIGUA.
Hace mucho tiempo a finales de la Edad Media, en lo más alto de una meseta, había un castillo. Allí, el rey Ernesto reina, y su hija, la princesa Gisela, debe encontrar un marido.
Un día llegan al castillo tres hombres con aspecto de nobles. Un soldado le pregunta:
-¿Qué queréis?
-Somos sabios y venimos a informar.-dice uno.
-Si es así, ¡entrad! -exclamó el soldado.
Cuando entran en el castillo se encuentran al rey y a la princesa.
-Buenas tardes, majestad. Venimos a mostrar una nueva fiesta.
-¿De que se trata?-Pregunta la princesa.
Venimos de muy lejos y hemos vivido muchas aventuras, como cuando seguimos a la estrella que nos guiaba hacia el portal de Belén.
-¿Qué estrella?-pregunta el rey.
-¿Y qué portal de Belén?-pregunta la princesa. ¡Cuéntanoslo todo!-grita Gisela.
-Está bien, mi nombre es Melchor, él es Baltasar y éste, Gaspar. Nosotros éramos maestros escolares de magia, no nos conocíamos pero nos llegó una señal y nos conocimos siguiendo la estrella. Anduvimos y anduvimos hasta que llegamos a donde se paró la estrella. Abajo estaba el portal de Belén.
- ¿Pero qué es eso del portal de Belén?-preguntó Gisela.
-Espera…Cada uno de nosotros teníamos regalos: uno era oro, otro incienso y el último mirra. En el portal de Belén lo que pasaba era que había nacido el Hijo de Dios, Jesús. Nosotros le dimos los regalos, también le daban regalos los pastores y eso que eran muy pobres y también los angelitos. Aquel día se le puso el nombre de la “Navidad” el nacimiento de Jesús, que es el 25 de diciembre.
-Bueno nos vamos.-dijo Baltasar.
-¡Esperad! ¿Vendréis algún día?-pregunta Gisela con curiosidad.
-No lo sé. ¡Ah! a nosotros nos llaman Reyes Magos, porque todos los años, un 6 de enero les llevamos regalos a los niños que se portan bien. Y si nos mandas una carta con las cosas que quieres, te lo traeremos. ¡Adiós y Feliz Navidad!
¡Adiós!-dijeron el rey y .la princesa.
-El 25 de diciembre Gisela celebró la Navidad y el 5 de enero escribió la carta para los Reyes Magos y la tiró desde lo más alto.
¡Pero hija! ¿Por qué la tiras por ahí?-gritó el rey asombrado.
-Porque papá,… los Reyes Magos son magos y seguro que ya estarán leyendo mi carta.-dijo Gisela tranquilizándolo.
Por la noche Gisela se acostó pensando en los Reyes Magos y que le traerían lo que había pedido.
A la mañana siguiente la princesa se levantó de la cama y buscó su regalo, pero no lo encontró. La princesa apurada no sabe que hacer. Al rato llaman a la puerta y abren.
¿Qué desea?-pregunta el rey.
Soy el príncipe de Molino.-dijo.-Me llamo Felipe. Tres sabios me dijeron que la princesa Gisela vive aquí y que estaba buscando esposo.
¡Así es!-interrumpió la princesa-Yo soy la princesa Gisela hija del rey Ernesto y estoy buscando esposo.
La princesa se enamoró de él y este también. Al final se casaron y tuvieron muchos hijos, que también recibieron los regalos de los Reyes Magos. ¡Ese era el regalo que pidió la princesa Gisela!
¡Feliz Navidad!
Por Silvia Álvarez de la Rosa
martes, 16 de diciembre de 2008
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1 comentario:
¡Qué cuento más bonito! Felicidades Silvia...y que a ti tambien te traigan un regalo los Reyes Magos
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